miércoles, 29 de agosto de 2012

Sentarte en la cama a las tantas de la madrugada y ponerte a escribir palabras...palabras vacías, palabras que no llegan a ningún lado y que son eso, simplemente palabras. Mirar cada parte de tu habitación, y empezar a recordar todo lo que llevas pasado en los años que llevas viviendo y darte cuenta, que solo una vez estuviste ahí, "A tres metro sobre el cielo", donde la felicidad rebosaba todo tu cuerpo, donde no importaba más que queremos, amaros, sentiros y vivir el uno para el otro... donde no existían palabras vacías, ni corazones rotos, sino una cajita llena de felicidad, de momentos llenos de pasión, ternura...  Donde siempre había una sonrisa para cada momento, una mirada o un simple gesto, fuese malo o bueno, donde estaba él, con su fuerza para ti, con sus manos unidas a las tuyas que no te permitían caer, y sí lo hacías, caía contigo, donde estaba con sus ganas de quererte, de hacerte sentir que era solamente suya... Donde os jurasteis amor eterno, y simplemente allí se quedó, "A tres metro sobre el cielo".

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