sábado, 3 de noviembre de 2012


Estaban locos el uno por el otro, pero era más que imposible el que estuviesen juntos. Su carácter, ese que les hacía chocar una y otra vez, ese que por momentos les separaba... Hubo demasiados altibajos, los superaron, hasta que llegó el momento de decirse Adiós de verdad; ya nada podía superar aquello que formaron, ya no había nada que salvar, todo estaba quemado, lleno de basura, y aunque el recordar todos los momentos, siempre les llenaba un poco de esperanza, no era suficiente para poder seguir hacia adelante.
Dolió, porque después de tanto tiempo por fin algo le llenaba de verdad, sufrió, porque llego hasta a echar de menos esas discusiones que luego siempre acababan en reconciliaciones, lloró, porque se dió cuenta que le quería mucho más de lo que pensaba, que era demasiado importante en su vida; pero salió hacia adelante, con esas ganas locas de vivir la vida, de sonreír pasase lo que pasase, y con ese pensamientos que siempre la mantiene en píe "Nadie muere por nadie".
Poco a poco reconstruyó su corazón, empezó a ver la luz en esos días grises donde hasta el más pequeño detalle le recordaba a él; volvía a sentirse como un pajarillo, libre y que por fin podía echar de nuevo a volar. Y comprendió que el amor es una lucha, aveces entre "Razón y corazón", otra simplemente entre sentimientos, pero que da igual el daño, cuando quieres, te basta solo eso para luchar y creer en ello, aunque el tiempo, siempre pone cada cosa en su sitio.